El hígado es uno de los órganos claves del cuerpo, y se encuentra en la parte superior derecha del abdomen. Muchos expertos en la materia han hablado sobre las distintas variantes que surgen de enfermedades relacionadas con el hígado. La enfermedad del hígado graso no alcohólico afecta aproximadamente a un 30% de la población mundial, incluyendo las enfermedades hepáticas más crónicas.
Las personas que tienen el hígado graso, y que no está relacionado con el alcohol, podrían presentar un mayor riesgo de fibrosis en el futuro, convirtiendo disfuncional órgano.
Esto se debe a que muchas veces no hay síntomas, lo que dificulta cualquier anormalidad, especialmente cuando el paciente no tiene molestias. Ahora bien, en algunos momentos el paciente sí presenta molestias, y esto hace que acuda al médico.
El consumo excesivo de alcohol puede causar un impacto grave en la enfermedad del hígado graso. Esta enfermedad puede deberse a la obesidad y afecciones relacionadas con ella y, a la vez, puede conllevar a problemas como presión arterial alta o diabetes Tipo 2, según médicos especialistas en el tema.
La crisis del Coronavirus ha hecho un llamado a un cambio al estilo de vida, La nueva normalidad ha hecho que muchas personas engorden por falta de actividad física, dado que el teletrabajo ha permitido que muchos continúen trabajando desde casa. Estos cambios no favorecen al ritmo de salud que se requiere.
Una de las primeras formas de detectar problemas de hígado graso es una sonografía realizada en el abdomen. Este estudio puede medir como está funcionando el hígado, y los niveles de colesterol en la sangre.
Ahora bien, cuando ya se comprueba que existe inflamación y el paciente continua con un nivel alto de hígado graso, se debe realizar un FibroScan para detectar mejor el problema.
El tratamiento es la clave para erradicar el problema a tiempo. La supresión del consumo de alcohol también jugará una parte importante, y por supuesto hacer ejercicios y comer saludablemente.