El Coronavirus ha destruido a la familia
Articulista Invitado
Por Erica Bencosme
Si bien es cierto que el mundo ha cambiado, también es más cierto que la familia ha cambiado y para mal. El seno familiar se ha modificado abruptamente por el Coronavirus. El virus transformó el modo en el que interactuamos con nuestros seres queridos y, a su vez, destruyó la estabilidad familiar.
Miles de padres de familias hoy sufren de depresión, ansiedad, irritabilidad y un aburrimiento extremo, lo cual deriva en peleas familiares y una desestabilización emocional en la vida de los infantes. Este cansancio generalizado también debe de sumarse al malestar de los padres y niños en relación con la inequidad, ya que muchos han visto cómo sus ahorros y fuentes de ingresos han desaparecido por la pandemia. La mayoría de los padres han visto sus rutinas alteradas por el efecto de la pandemia y sus hijos son quienes han sufrido la consecuencia de esta.
Los gobiernos del mundo han invertido millones de dólares en vacunas y programas de alimentación. Pero nadie ha sabido enfocarse en la salud mental de los afectados. De hecho, más de la mitad de los gobiernos mundiales admiten que no enfocan ni siquiera el uno por ciento de su presupuesto de salud a la salud mental.
En estos momentos existen un nivel de estrés crónico en los padres y niños que es insostenible para que la familia pueda sobrevivir a la crisis. La salud mental es clave para este ciclo de recuperación económica social, y esto no está sucediendo. El cambio de vida en los niños por el confinamiento ha hecho que aumente el número de violencia y maltrato de padres contra niños, y de niños que atacan a otros en sus mismos vecindarios y escuelas.
¿Cómo debemos de tratar esto? La crisis sólo podrá ser tratada con una asistencia de profesionales en el área de la salud mental. El estilo de vida en los niños puede desgastar su salud mental por la falta del aire libre, juegos al azar, entre otros.En un reporte de UNICEF, realizado en el 2020, se demuestra que las mujeres han sido las más afectada por la pandemia, en especial en Latinoamérica, donde muchas mujeres juegan el rol de padre y madre al mismo tiempo. La multi-funcionalidad ha exigido que estas mujeres estén a la defensiva, realizando roles que antes no interpretaban y sufriendo las presiones socioeconómicas de la misma. La evidencia internacional está mostrando deterioros significativos hasta en la salud espiritual de las personas, incluyendo el cuidado doméstico ya que se ha visto afectado por el encierro y la pandemia. Es que las largas horas que los niños pasan en la casa ahora con el trabajo virtual ha hecho que muchos pierdan los estribos.
Asociaciones de padres en distintos países han unido esfuerzos para darse apoyo a través de sesiones virtuales en donde se apoyan mutuamente y se desahogan de sus día a día. Los niños también son apoyados en estas sesiones con ayuda de sus padres. El mundo está a la merced del caos. Ya no se trata de sobrevivir al virus, también se trata de mantener a la familia unida y sobrevivir la alta tasa de divorcio a la que nos estamos enfrentando.
El COVID-19 sin duda llegó para cambiar el concepto en el que vivimos. No se trata ya de solo la pandemia, más bien de la transformación mundial de la humanidad.
Bendecido día para todos ustedes queridos lectores.
Erica Bencosme, Líder Comunitaria en Fort Lee, Nueva Jersey