Empanadas Café: Mujeres empresarias consintiendo a neoyorquinos con las mejores botanas de Queens
Articulista Invitado
Por Edwin Martínez
La Gran Manzana tiene ya lugares emblemáticos que se han convertido en paradas infaltables para neoyorquinos y visitantes, como por ejemplo Times Square, el Parque Central, las escaleras del Joker, el sector de la Pequeña Italia y el Barrio Chino.
Pero en pleno corazón de Corona, en el condado de Queens, en la esquina de Van Doren Street y la calle 108 hay un lugarcito muy pequeño, considerado por los amantes de la buena comida como uno de los sitios más famosos de Nueva York y al que no se puede dejar de ir.
Se trata de “Empanadas Café”, un pequeño negocio familiar, echado a rodar hace más de 20 años por las hermanas colombianas Patricia Bernard y Luz Helena Bermúdez. A diario largas filas de comensales de todas partes de la ciudad van hasta allí a darle gusto al paladar, y a deleitarse con un completo y variado menú integrado por 19 tipos de empanadas.
El lugar, elegido recientemente por la Cámara de Comercio de Queens como el establecimiento que produce “las mejores empanadas del condado”, tras un concurso en el que compitieron varios sitios que venden la famosa botana, típica de la culinaria hispana.
El producto no es solamente una experiencia gastronómica con delicias preparadas a base de masa de maíz, masa de harina de trigo y masa integral orgánica, sino todo un lugar de encuentro de la comunidad.
Muchos de los clientes son conocidos de tiempo atrás, a quienes incluso las dueñas y trabajadoras del restaurante han visto crecer y quienes no dejan de ir al negocio cada vez que tienen antojo de una buena empanada de carne con papas, de pollo, de chicharrón, de jamón y queso. Si son vegetarianos o veganos, salen felices con las opciones de brócoli con queso, jalapeño con queso, espinaca con queso o vegetales mixtos.
Así lo confiesa Patricia Bernard, profesional en ciencias políticas, quien terminó siguiendo el camino de la gastronomía liderado por su hermana, chef profesional, con quien llegó a Corona, Queens, procedente de Armenia, una de las ciudades más bellas del Eje Cafetero colombiano y con quien hoy brilla sacando pecho, al dejar huella en la Ciudad de los Rascacielos.
“Para nosotras esto es más que una venta de empanadas, es una experiencia hermosa que hemos impulsado y con la que hemos ido creando comunidad y lazos con vecinos y personas que llevan años viniendo de todas partes de Nueva York. Somos una gran familia”, asegura la pequeña empresaria, admitiendo que haber recibido el premio de “las mejores empanadas de Queens”, la llena de satisfacción.
“No es que un premio nos haga pensar que hacemos las mejores empanadas, pues eso lo hemos sabido siempre. A nosotras en eso no nos gana nadie, y es algo que respaldan nuestros clientes, quienes siempre lo dicen. Pero, indudablemente, cuando te dan un premio, se siente chévere, más aun sabiendo que fue la comunidad la que votó y reconoció este como el mejor lugar de Queens”.