Reducción global de la contaminación

Este vínculo se ha hecho casi evidente: la pandemia de Covid-19 y el medio ambiente son dos temas entrelazados. Primero, porque las causas de la propagación del coronavirus muestran que los humanos deben cambiar su relación con los animales salvajes. Segundo, porque el impacto de la contención en nuestro medio ambiente es ahora claro, mostrando más que nunca cuánto la humanidad está cambiando el planeta. Debido a la disminución de los vehículos y el transporte, la detención del turismo internacional y la paralización de las industrias, la contaminación mundial está disminuyendo en todas las zonas urbanas sin mencionar que hemos reducido temporalmente nuestro ruido sísmico.

En Europa, la concentración de dióxido de nitrógeno ha disminuido en un 40-50% según los datos de los satélites de la ESA. En China, habían bajado entre un 10 y un 30% a principios de marzo. Al otro lado del Atlántico, una ciudad como Los Ángeles, una de las más contaminadas del mundo, era ahora una de las menos contaminadas del mundo según IQAir. La drástica reducción de la contaminación durante la contención causada por el Covid-19 muestra que nuestros hábitos y comportamientos tienen un impacto directo en el aire que respiramos.

Llegar a la conclusión de que todo esto forma parte de un impacto positivo de la pandemia es un alivio en medio de tantas noticias negativas. Las consecuencias medioambientales del Covid-19 sólo ponen de manifiesto las preocupaciones estructurales en la sostenibilidad de nuestros métodos de producción y comportamiento. Como resultado, la recuperación está demostrando ser un momento clave en la historia de los problemas ecológicos: es en este punto en el que, a través de las elecciones económicas y sociales, aparecerán efectos reales beneficiosos o perjudiciales en relación con el impacto ambiental de la crisis.